Existen grandes barreras que impiden crecer y que hay que analizar y tener en cuenta para no estancarse en las ventas, algunas son la falta de objetivos definidos, la falta de seguimiento o el no saber cómo ser productivo
El verano ya está aquí y con él las esperadas vacaciones que gran parte de la población tiene previsto disfrutar. Es una época en la que no es raro encontrar empresas que echan la persiana y cuelgan el cartel de cerrado por vacaciones, incluso entre aquellas que ven como la estación del sol, del calor y del turismo veraniego hace crecer las cifras de su negocio. Parar, descansar y desconectar es necesario a nivel individual, pero para la salud de nuestras empresas debemos procurar, siempre que sea posible, que el ritmo no se frene de golpe, aunque la situación lo ralentice. Es en esos momentos de trabajo más relajado cuando podemos aprovechar para generar nuevas ideas y plantear estrategias que nos hagan superar algunos de los obstáculos que nos impiden crecer.
Desde Estrategízate han detectado y analizado 7 barreras frecuentes que podemos empezar a afrontar desde este mismo verano.
- Falta de objetivos definidos
Hay que saber hacia dónde va nuestra compañía y a dónde queremos que llegue. Definir de forma concreta este itinerario y que todas las personas que forman parte de la organización lo tengan claro, especialmente los vendedores.
- Falta de seguimiento
Es importante analizar el seguimiento de cada oferta realizada para saber si es el adecuado. Porque si no es constante y preciso habremos tirado horas de trabajo a la papelera. Hay que revisar el porcentaje de conversión de ofertas a ventas y buscar nuevas fórmulas, que sean sencillas y operativas para todos, para mejorar nuestros resultados.
- Más organización
Es importante que todos los departamentos de la empresa estén en constante comunicación y alineados en su trabajo. Eso evitará muchos errores como hacer promociones de un producto que no tenemos en stock, realizar envíos que no son correctos, etc.
- Evitar hacer siempre lo mismo
Aquellas empresas que no innovan sus procedimientos terminarán cayendo lentamente. Por eso, los momentos de poca actividad, como suele ocurrir en el verano para muchas empresas, pueden servir para pensar en iniciativas estratégicas que mejoren el valor del producto que ofrecemos a nuestros clientes.
- Mejorar la conexión de los equipos con los proyectos
Hay que promover la gestión de proyectos concretos en los que participen equipos multidisciplinares. Es decir, personas de diferentes departamentos trabajando con un objetivo común en un mismo proyecto. Este sistema facilita el entendimiento entre compañeros y enriquece el funcionamiento de la organización, mejorando los niveles de empatía, de compromiso e involucración y, con todo ello, los resultados.
- Terminar lo empezado
Teniendo en cuenta que en una empresa son muchas las tareas por hacer en un tiempo limitado, es recomendable evitar tener en marcha multitud de acciones que no podremos terminar. Es mejor empezar con poco, priorizando lo más importante, y dejar las tareas finalizadas. Y si un proyecto es demasiado grande, la mejor estrategia es ‘trocearlo’ para ir avanzando paso por paso a un ritmo seguro.
- Cómo ser productivo
Todas esas tareas a realizar deben estar conectadas a los objetivos de la empresa y del equipo de trabajo. Si nos despistamos con acciones que no nos competen estaremos perdiendo productividad, por eso es importante poner foco en lo que tenemos que hacer y ejecutarlo.
Según Máximo Alejandre, socio y fundador de Estrategízate, hay que estar muy alerta para evitar este tipo de obstáculos a lo largo de todo el año, aunque los momentos con menor carga de trabajo pueden ser adecuados para hacer análisis más intensivos y con mejores resultados: “De esta manera podemos conseguir que los obstáculos no aparezcan en nuestra empresa y gestionarlos de forma preventiva, no reactiva. Y así si aparecen esos obstáculos salen nos ayudará a acabar con ellos cuanto antes. Nuestro negocio nos lo agradecerá en velocidad y rendimiento positivo”.