Gris

David Barquín

Las canas parecen conferir al varón un extra de atractivo y sabiduría. Sin embargo, a la mujer con el pelo gris no se le otorga ni lo uno, ni lo otro; ella, simplemente, envejece. La objeción a esta idea irracional (y casposa) es el hecho de que si observamos al varón (con pelo) resulta imposible descubrir la pretendida semejanza entre las cualidades que se le atribuyen y el pelo gris. Una vez hecha esta aclaración, planteo, a continuación, un análisis contrastivo español-inglés para un anuncio publicitario de una conocida marca de champús.

Texto en español asociado a la imagen de un champú. Página web (con extensión de dominio .es) de una compañía de bienes de consumo:

Orgullosa de mis canas, sin importar mi edad. Gris radiante & suave. Para un gris radiante.

Texto en inglés asociado a la imagen de idéntico producto. Página web (con extensión de dominio .co.uk) de la misma multinacional:

Grey & Glowing. For greys that glow. I´m a woman of a certain age, certain. I will go proudly grey.

En el anuncio escrito en español no aparece la imagen del producto, sino su resultado: una mujer de buen aspecto, sonriente, con hermosas manos y el pelo cano. Sin embargo, en el anuncio del mismo bien de consumo escrito en inglés aparece la imagen del producto acompañado de una cápsula dorada, de las hojas de una planta, y de una suerte de gotas azules púrpuras. Esta primera diferencia visual se debe, posiblemente, a que en el Reino Unido (y otros países del norte de Europa) es habitual ver mujeres con el pelo cano mientras que en los países del sur de Europa no resulta tan frecuente (en otras coordenadas geográficas, los preceptos de atavío ocultan a la vista cualquier matiz).

Los expertos analizan las diferencias socioculturales entre los países europeos y concluyen que los ciudadanos de Europa septentrional prefieren, en términos generales, los contenidos a las apariencias. En este sentido, no conceden tanta importancia al aspecto personal como tienden a hacer los ciudadanos de la Europa meridional. Quizá, por esta razón, el publicista del anuncio escrito en español incluye una sugestiva imagen destinada a la española que no concibe la costumbre de mantener las canas, es decir, este subraya el orgullo del pelo gris, mientras que el publicista del anuncio escrito en inglés resalta la edad. Pareciera, de esta forma, que la mujer española ha de enorgullecerse de su pelo gris (Orgullosa de mis canas) mientras que la británica se siente bien con su edad (I´m a woman of a certain age, certain) y el color del pelo es simplemente una preocupación futura menor (I will go proudly grey), corolario de aquella.

De lo dicho se deduce que el texto escrito en español está condicionado por el hecho de tener que vender un producto que quizá se estile menos en nuestro entorno y, en cambio, el anuncio dirigido a las británicas revela que el publicista ha contado con un cierto margen para mostrarse convencionalmente indirecto. Sea como fuere, el publicista relaciona el color gris de la canicie fisiológica con el proceso natural de envejecimiento y elimina, con éxito, los estereotipos de género, dejando el pelo (el anuncio) limpio y manejable.


David Barquín Gómez es licenciado en Derecho, graduado en Filología y máster en Filosofía de la Historia. Actualmente, cursa estudios de doctorado en Filosofía y Ciencias del Lenguaje