El nuevo marco estratégico y normativo del etiquetado de envases requiere repensar el diseño de las etiquetas de para fomentar un consumo consciente y responsable
Quedan pocos meses para la entrada en vigor del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases que implica nuevas obligaciones respecto al etiquetado de los envases y de responsabilidad ampliada del productor (RAP) para las empresas. Este escenario plantea la necesidad de unificar los criterios de diseño con el fin de conseguir un marcaje y etiquetado de productos que aporte información clara y accesible para los consumidores finales, un reto para el que Diego Lara, profesor de Diseño y Sostenibilidad, Gráfica y Marca en el IED Madrid, propone distintas líneas de actuación.
Ante la saturación informativa, que puede dar lugar a la confusión de los consumidores, Diego Lara evidencia la importancia de ir más allá del cumplimiento de la legislación y establecer un sistema de etiquetado general y unificado que traslade de forma clara, sencilla y concisa las características de los productos y sus envases. Como experto en creación de identidades visuales, su propuesta se centra en apostar por diseños gráficos fácilmente identificables que especifiquen en un simple vistazo aspectos como la condición reutilizable del envase, el contenedor en el que debe depositarse, porcentaje de material reciclado que contiene y tanto por ciento que se podrá reciclar en el futuro, o la calificación de rendimiento ambiental del envase.
Son varios los ejemplos de etiquetado responsable, a nivel nacional e internacional, que han conseguido comunicar de forma visual, reconocible y comparable los valores de los productos en el mercado.
En el sector de alimentación, el sistema de etiquetado nutricional europeo Nutri-Score ha logrado estandarizar la información sobre los valores nutricionales de los alimentos envasados utilizando un sencillo código de colores. En el mismo sector, la propuesta de marcaje del Ministerio de Salud chileno pone el foco en las peculiaridades del producto con la utilización de una tipografía limpia y de fácil lectura.
Otro caso de éxito de diseño de marcaje de consumo responsable es el etiquetado de eficiencia energética europea. Este sistema implantado en los países de la Unión Europea desde hace más de 20 años, se ha posicionado como uno de los distintivos más reconocidos -más del 93 % de los consumidores afirma que conoce la etiqueta y su significado-,y cumple con su función de facilitar a los ciudadanos comparar productos y elegir aquellos que sean más responsables, cuiden el medio ambiente y, en este caso, supongan un ahorro de consumos energéticos.
Para conseguir la normalización e implicar al conjunto de la sociedad en las prácticas de compra responsable es fundamental contar con una estrategia global de comunicación que acerque el futuro diseño a los consumidores.
Como explica Diego Lara “la implantación de un sistema nuevo de etiquetado nacional debería ir apoyado por un plan de divulgación de responsabilidad ambiental que incluyera tanto jornadas formativas destinadas a profesionales del sector envases como campañas de concienciación para el gran público”.