Ante el consumismo navideño, Normmal ha lanzado un regalo navideño en el que el contenido es tan importante como el envoltorio
La Navidad es una época muy bonita, pero también tiene su lado menos amable, reflejado en la producción y el uso masivo de papel de regalo. Únicamente en Reino Unido se calcula que el volumen de papel desechado durante las fiestas podría cubrir una distancia de 365.321 kilómetros. Esta cantidad de papel es suficiente para dar la vuelta a la Tierra más de ocho veces.
Ante estas cifras, desde Normmal proponen una solución más sostenible, lanzando el primer regalo navideño donde por primera vez, es tan importante el continente como el contenido. Una tela sostenible que no solo envuelve los regalos, sino que también lanza un mensaje de conciencia ambiental. Inspirado en la técnica japonesa del Furoshiki, este envoltorio de tela de algodón orgánico certificado tiene el potencial de vivir muchas vidas y encontrar nuevos propósitos mucho después de esta Navidad: este año puede envolver un libro; el próximo, una botella de vino; y quién sabe, quizá en el futuro regrese a tus manos, llevando otro regalo y una nueva historia.
El algodón es de producción local y ética, de talleres locales en los que se promueven condiciones laborales justas y se reducen significativamente las emisiones de CO₂ asociadas al transporte. Para la estampación se han empleado tintas naturales, libres de compuestos volátiles y metales pesados, protegiendo tanto el medio ambiente como la salud de los usuarios. Además, las etiquetas se han impreso con papel reciclado, minimizando la tala de árboles y el consumo energético.
El proyecto ha resultado en más de 7.000 litros de agua ahorrados por cada kilogramo de algodón y en un 40% menos de huella de carbono -gracias a la producción local-.