Clubhouse, Dispo o Twitch: nuevas oportunidades para las marcas

Raquel Recolons, profesora EAE Business School, head of content & digital strategist en Ogilvy Barcelona

Las redes sociales están en nuestras vidas desde hace décadas (sí, el tiempo pasa muy rápido). Desde las primeras como MySpace o Photolog, a algunas que nos siguen acompañando desde hace tiempo como Facebook y Twitter, o las recién llegadas como Clubhouse o Dispo, demuestran que los canales sociales están aquí para quedarse.

Parece que el futuro de las redes sociales se dibuja como un mercado en el que cada vez habrá canales más específicos, por su temática o sus funcionalidades. Por lo tanto, también tendremos audiencias más nichadas, que nos obligarán a trabajar con un mix de canales muy meditado, donde deberemos analizar muy bien las necesidades de nuestro target para estar allí donde podemos ser más relevantes.

Los ejemplos que están en boca de todos últimamente son Clubhouse, Dispo o Twitch. Esta última no la podríamos considerar una de las “nuevas” ya que Twitch, que desde sus inicios ha estado muy enfocada a los e-games, se creó en 2011. Cada vez más influencers y marcas se están sumando a esta plataforma, y es que Twitch, propone una manera digital de consumir contenidos tipo retransmisión, que reafirma una forma de disfrutar de dichos contenidos más afín para las nuevas generaciones, cada vez más alejadas de los sistemas tradicionales, como la televisión.

Clubhouse y Dispo, por su parte, también aportan formas innovadoras de generar contenidos e interactuar con ellos. Veamos sus particularidades.

Clubhouse, creada a finales de 2020 por Paul Davidson y Rohan Seth, es un espacio de conversación, donde según los propios creadores, se busca evolucionar el concepto de “publicación” para promover en su lugar espacios de reunión virtual, donde hablar y escucharse. Su principal característica es que es un canal centrado al 100% en la voz. Dentro de Clubhouse encontramos distintas “salas” y “clubs”: algo parecido a los hilos de un foro, donde podemos entrar para escuchar o participar de la conversación que ahí está sucediendo. Los temas que se tratan son muchos y muy variados: economía, marketing, negocios, pero también música, comedia, viajes, moda, poesía… En cuanto a la participación puede ser activa: creando tus propias salas o participando como speaker en las salas de otros. O pasiva: simplemente escuchando la conversación. Los audios que se generan son efímeros, no se graban, y no se puede rebobinar la conversación.

Dispo por su parte nos propone una nueva, no tan nueva, manera de generar contenido fotográfico. Creada por el youtuber David Dobrick, esta plataforma propone tomar fotografías que no pueden ser vistas hasta el día siguiente. No pueden editarse, ni se utilizan filtros, la experiencia pretende emular la que se tenía años atrás con el uso de cámaras de carrete y desechables que exigían el revelado de la película. Una vez tienes disponibles tus fotografías puedes compartirlas en álbumes (rolls) públicos o privados.

Ambas redes sociales han empezado disponibles únicamente para dispositivos iOS (iPhone) y con acceso por invitación a través de alguien que ya esté en la red social.

Bien, y la pregunta inevitable para los que trabajamos en comunicación y marketing es: ¿entramos? Y si entramos, ¿qué hacemos allí?

Los que me conocen ya saben que yo tengo un punto de vista particular sobre cuándo entrar y activar un canal social, para mí, siempre debe sumar de alguna manera a nuestros objetivos de negocio. Si bien es más seguro apostar por redes ya muy consolidadas, con buenos datos de penetración y uso, entrar en una red social nueva podría llegar a tener otras ventajas. Por un lado, nos puede dar un valioso aprendizaje. ¿Quieres entrar para testear y aprender? ¡Fantástico! Eso sí, antes de hacerlo establece bien los parámetros de tu test: qué quieres probar, cómo vas a hacerlo, durante cuánto tiempo, qué pretendes aprender y qué harás después con lo aprendido. Otra gran ventaja de entrar temprano en una red social es la de ser el primero, ya se sabe, el primero que golpea, golpea dos veces. Esto permitiría adquirir una posición de liderazgo temprano en el canal (seguidores, autoridad…), y beneficiarse de algunas mieles que solo disfrutan los primeros, por ejemplo, convertir tu lanzamiento en una noticia.

Y si decides entrar, y quedarte, conviértete en alguien interesante. Esto es válido para cualquier plataforma, nueva o no, y para cualquier contenido que quieras sacar. Aunque la recomendación es realmente obvia, es a la par valiosa. El hecho de trabajar en un entorno tan dinámico como el de las redes sociales, cambiante, muchas veces efímero y no 100% controlable, provoca que siga habiendo marcas que no acaban de dar el paso. Siguen arrastrando modelos de comunicación basados en su sistema de organización interna o en procesos de trabajo y piezas de medios más tradicionales, que no encajan en el mundo online.

Hay que pasar de contar nuestro libro a aportar contenidos y conversaciones que importen: que aporten valor, que emocionen y en los que nuestro target pueda proyectarse o evolucionar con ellos. Imaginemos por un momento Clubhouse, por ejemplo, y que en cada una de las salas tuviéramos a un “vendedor” hablando de sus productos y servicios, sin duda cada uno de ellos estaría abocado al fracaso.

La buena noticia es que tenemos el entorno perfecto, un riquísimo ecosistema digital, en constante evolución, que como decía, parece cada vez encararse más a la segmentación de audiencias y temáticas. Así pues, atrevámonos a ser más que a estar y no solo a ser importantes, si no a importar.